Mehehe

Ni morir en paz se puede…
Que cinta tan sensorial, tan onírica, tan completa.
El río y la selva como personajes fuertes, magnos. Una cultura mística que cada vez va perdiendo más sus tradiciones por culpa de la guerra, de la explotación.
Los planos generales, panorámicos llenos de verde, café, azul; los sonidos de pájaros, del río, de cantos del pacífico; forman un escenario melancólico pero hermoso de nuestra selva colombiana y sus secretos.
La crítica es clara, desde que…
Una segunda vez viendo esta película y el dolor es igual o peor.
Me duele mi tierra, me duelen los 6402 que no volvieron.
No hay pacto ficcional porque esta ha sido la historia de mi país, un país hermoso pero lleno de sangre y nepotismo que no podemos olvidar, por las victimas, por las familias, por Colombia.