Un día me descubrí en el cine.

Un ejemplo de cómo lo local puede ser universal. Joanna Lombardi pone la cámara en una pequeña colina en Perú y se encuentra con las historias de un sepulturero de un cementerio clandestino y de dos chicas que invaden un pedacito de tierra al lado de este cementerio para contarnos un relato sobre la disputa de la tierra, el derecho a la vivienda y la relación del Estado con sus ciudadanos.
Este es un documental al que se le nota…